lunes, 4 de noviembre de 2019

LA ESCUCHA CLÍNICA


La Escucha Clínica

Lo irreductible social y lo irreductible psíquico

Con base en las diferencias  que existen entre la psicología y la sociología, con referencia a lo irreductible social y lo irreductible psíquico, dado que sus enfoques de los fenómenos humanos y sociales se contradicen, es inevitable que ambas disciplinas se relacionen y se articulen por así decirlo, puesto que ni la una ni la otra, pueden preciarse de poseer el conjunto de las claves explicativas de los hechos sociales, por lo tanto, no puede conducir a una exclusión o a una indiferencia de la interacción constante, entre estos dos registros.

En este contexto, lo irreductible social, menciona que, las actitudes, las conductas y los comportamientos nunca pueden ser explicados independientemente, de las condiciones sociales que los hacen posibles, sino en el análisis del conjunto de las determinaciones que actúan sobre sus conductas.


Durkheim, construye el pensamiento sociológico contra los antropólogos y los psicólogos de la época, que partían del postulado de que se necesita buscar en la naturaleza fisiológica del hombre, las fuentes de su comportamiento social. Piensa que la constitución biológica hereditaria, no especifica lo propio del hombre, sino que conviene investigar la clave explicativa de sus comportamientos en las relaciones con su medio sociocultural. No son pues los instintos y los reflejos los que unen a los hombres entre sí, sino su pertenencia a la sociedad (Durkheim, 1902, pp. 337-338).

Por otro lado, lo irreductible psíquico, “consiste en considerar la investigación psicológica como terminada, tan pronto como se ha alcanzado el conjunto concreto de los deseos empíricos. Así "un hombre se definiría por el conjunto de tendencias que la observación empírica habrá podido establecer" (ibid., p. 617).



De esta manera, Sartre  investiga "el verdadero irreductible psíquico, cuya irreductibilidad sería evidente para nosotros, comprender, cómo los deseos en los cuales el sujeto "se historializa" en un momento dado significan "la relación global con el mundo por la cual el sujeto se constituye como un sí mismo" (ibid., p. 623).

Por lo antes mencionado, se busca intervenir en las técnicas de la entrevista  por medio de la escucha.
La palabra escuchar proviene del latín auscultare y significa prestar atención a lo que se oye, a diferencia del oír, el cual como lo explica Echeverría (2005) es un fenómeno biológico. Se le asocia a la capacidad de distinguir sonidos en nuestras interacciones con un medio (Gaulejac, Vincent de 2002).



La escucha como elemento esencial en la terapia, implica algo más que una habilidad comunicativa del terapeuta, es una disposición personal de éste para querer entender la vivencia del otro (Gaulejac, Vincent de 2002).
De tal manera que cuando escuchamos, se genera un proceso activo y complejo, que implica comprensión e interpretación, de lo que se dice y lo que no se dice, incluyendo los silencios y los movimientos del cuerpo.
Otro aspecto importante es que cuando escuchamos no permanecemos como observadores neutrales e indiferentes; estamos reconstruyendo las acciones del orador (Echeverría, 2005). Es decir, en la escucha, no necesariamente genera un sinnúmero de preguntas, por el contrario, genera aquellas que le permiten conocer sobre el otro y relacionar los diferentes aspectos expresados por el que es escuchado. Las preguntas que realiza no sólo tienen el sentido de “completar” su información sino que el sentido de éstas va encaminado a que el otro pueda también cuestionarse a sí mismo, frente a la experiencia de vida que está presente en ese momento, a su vez se deben acompañar también de una sincronía corporal que evidencie sin palabras el valor de lo escuchado (Gaulejac, Vincent de 2002).

Por todo lo anterior, la Profesora Investigadora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala Unam. Elvia Taracena Ruiz, realiza una reflexión crítica sobre sus investigaciones de trabajo,  por más de 20 años, con jóvenes y niños en situación de calle; donde se muestran los problemas que aquejan a la sociedad mexicana, reflejo de los cambios acelerados que sufre,  aunado a un incremento de violencia e inseguridad, pobreza extrema y procesos de migración del campo a la ciudad de forma acelerada y precaria, que recrudecen este problema.

Elvia Taracena Ruiz

Presentó así el enfoque socio-clínico, que resulta de la intersección de diferentes disciplinas y enfoques teórico-metodológicos, ya que diversos autores respaldan la necesidad de realizar este análisis desde diferentes ámbitos; de esta manera, la cultura, las características del investigador y la disciplina que intervenga, influyen en las preguntas que se plantean y en el conocimiento que se obtiene.
Por lo que considera de gran importancia crear lazos entre los diferentes profesionales que se interesan en la juventud vulnerable, para producir categorías de reflexión y favorecer políticas sociales que permitan a estas personas jóvenes ser más autónomas y construirse como futuros ciudadanos y ciudadanas en nuestra sociedad. (Taracena,  E. 2010).













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