La Escucha Clínica
Lo
irreductible social y lo irreductible psíquico
Con base en las
diferencias que existen entre la psicología
y la sociología, con referencia a lo irreductible social y lo irreductible
psíquico, dado que sus enfoques de los fenómenos humanos y sociales se
contradicen, es inevitable que ambas disciplinas se relacionen y se articulen
por así decirlo, puesto que ni la una ni la otra, pueden preciarse de poseer el
conjunto de las claves explicativas de los hechos sociales, por lo tanto, no
puede conducir a una exclusión o a una indiferencia de la interacción constante,
entre estos dos registros.
En este contexto, lo
irreductible social, menciona que, las actitudes, las conductas y los
comportamientos nunca pueden ser explicados independientemente, de las
condiciones sociales que los hacen posibles, sino en el análisis del conjunto
de las determinaciones que actúan sobre sus conductas.
Durkheim, construye el
pensamiento sociológico contra los antropólogos y los psicólogos de la época,
que partían del postulado de que se necesita buscar en la naturaleza
fisiológica del hombre, las fuentes de su comportamiento social. Piensa que la
constitución biológica hereditaria, no especifica lo propio del hombre, sino
que conviene investigar la clave explicativa de sus comportamientos en las
relaciones con su medio sociocultural. No son pues los instintos y los reflejos
los que unen a los hombres entre sí, sino su pertenencia a la sociedad
(Durkheim, 1902, pp. 337-338).
Por otro lado, lo irreductible psíquico, “consiste en considerar la investigación psicológica como terminada, tan pronto como se ha alcanzado el conjunto concreto de los deseos empíricos. Así "un hombre se definiría por el conjunto de tendencias que la observación empírica habrá podido establecer" (ibid., p. 617).
De esta manera, Sartre investiga "el verdadero irreductible
psíquico, cuya irreductibilidad sería evidente para nosotros, comprender, cómo
los deseos en los cuales el sujeto "se historializa" en un momento
dado significan "la relación global con el mundo por la cual el sujeto se
constituye como un sí mismo" (ibid., p. 623).
Por lo antes
mencionado, se busca intervenir en las técnicas de la entrevista por medio de la escucha.
La palabra escuchar
proviene del latín auscultare y significa prestar atención a lo que se oye, a
diferencia del oír, el cual como lo explica Echeverría (2005) es un fenómeno
biológico. Se le asocia a la capacidad de distinguir sonidos en nuestras
interacciones con un medio (Gaulejac,
Vincent de 2002).
La escucha como elemento esencial en la
terapia, implica algo más que una habilidad comunicativa del terapeuta, es una
disposición personal de éste para querer entender la vivencia del otro
(Gaulejac, Vincent de 2002).
De tal manera que
cuando escuchamos, se genera un proceso activo y complejo, que implica
comprensión e interpretación, de lo que se dice y lo que no se dice, incluyendo
los silencios y los movimientos del cuerpo.
Otro aspecto importante
es que cuando escuchamos no permanecemos como observadores neutrales e
indiferentes; estamos reconstruyendo las acciones del orador (Echeverría,
2005). Es decir, en la
escucha, no necesariamente genera un sinnúmero de preguntas, por el contrario, genera
aquellas que le permiten conocer sobre el otro y relacionar los diferentes
aspectos expresados por el que es escuchado. Las preguntas que realiza no sólo
tienen el sentido de “completar” su información sino que el sentido de éstas va
encaminado a que el otro pueda también cuestionarse a sí mismo, frente a la
experiencia de vida que está presente en ese momento, a su vez se deben
acompañar también de una sincronía corporal que evidencie sin palabras el valor
de lo escuchado (Gaulejac, Vincent de 2002).
Por todo lo anterior, la
Profesora Investigadora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala Unam. Elvia
Taracena Ruiz, realiza una reflexión crítica sobre sus investigaciones de
trabajo, por más de 20 años, con jóvenes
y niños en situación de calle; donde se muestran los problemas que aquejan a la
sociedad mexicana, reflejo de los cambios acelerados que sufre, aunado a un incremento de violencia e
inseguridad, pobreza extrema y procesos de migración del campo a la ciudad de
forma acelerada y precaria, que recrudecen este problema.
Elvia Taracena Ruiz
Presentó así el enfoque
socio-clínico, que resulta de la intersección de diferentes disciplinas y
enfoques teórico-metodológicos, ya que diversos autores respaldan la necesidad
de realizar este análisis desde diferentes ámbitos; de esta manera, la cultura,
las características del investigador y la disciplina que intervenga, influyen
en las preguntas que se plantean y en el conocimiento que se obtiene.
Por lo que considera de
gran importancia crear lazos entre los diferentes profesionales que se
interesan en la juventud vulnerable, para producir categorías de reflexión y
favorecer políticas sociales que permitan a estas personas jóvenes ser más autónomas
y construirse como futuros ciudadanos y ciudadanas en nuestra sociedad. (Taracena,
E. 2010).
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